La semana pasa perdimos a un gran amigo y mejor persona, Enrique Triano, sus enseñanzas sobre la botánica andaluza y, más concretamente, sobre las Sierras Subbéticas, han quedado en muchos de los que de algún modo fuimos sus discípulos. Por este motivo la flora andaluza se ha quedado huérfana, a él le debemos endemismos como Hypochaeris rutea, Centaurea pauneroi, Festuca cordubensis y Armeria trianoi, además de sabidurías populares de miles de ungüentos y recetas con plantas comunes.
Ha hecho posible que conozcamos las pequeñas plantas que a diario vemos en el Refugio de la Serpiente y que siempre habíamos pasado por alto, pero se fue sin conocer la primavera en la estación ornitológica.
Muchos amigos y amigas han rendido multitud de homenajes durante estas semanas como Antonio Leiva en su Blog "el pegolete": E.C. Triano
"Ya lo escribí en otra ocasión: “Se van los mejores”, frase nada original tomada, además, de una excelente canción de Pedro Guerra, de la que resalto estos versos que suscribo especialmente (como todo lo demás):
Dejándonos solos
Cuidando en los libros su eterno tesoro
De amor e inquietud
Que el dios en quien nunca he creído
Bendiga su luz
Sin ánimo de caer en los tópicos del tipo “amigo de sus amigos”, etc, etc., y que son ciertos, lo que me viene a la cabeza es su sabiduría, la pasión por aprender de y sobre la naturaleza, su alegría y, cómo no, las interminables risas que hemos compartido durante una etapa de nuestras vidas."
Dejo un artículo escrito por Maite Moral en La Opinión de Cabra: Carta a mi amigo Enrique.
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